sábado, 13 de febrero de 2016

¿ESTÁ OBLIGADO UN TALLER A PAGAR PARA QUE LE RETIREN EL ACEITE?



Un taller de mecánica y carrocería puede generar hasta 40 tipos de residuos. Algunos de ellos tienen valor económico positivo, es decir, el mercado paga por ellos, mientras que otros carecen de valor y su gestión supone un coste. En los últimos años, el aceite y las baterías prácticamente financiaban la gestión del resto de residuos. Sin embargo, ahora estamos asistiendo a un cambio de coyuntura.

Si bien el aceite usado provocó una guerra comercial entre transportistas, recogedores o gestores, lo cierto es que hoy esa burbuja parece estar desinflándose, de manera que se pretende cobrar directamente por su retirada. Pero, ¿está obligado el taller a pagar?

La patronal de vendedores y reparadores Ganvam considera que no es legal el cobro por la retirada del aceite, ya que según la normativa que rige la correcta gestión de aceites industriales –Real Decreto 679/2006 y Ley 22/2011- son los fabricantes de aceite los que están obligados a hacerse cargo no sólo de la gestión del aceite usado, sino de la financiación de dicha gestión.

De hecho, ya tienen en marcha un Sistema Integrado de Gestión (SIGAUS) y también el cobro de una ecotasa de 0,06 euros por cada kilo o, lo que es lo mismo, 0,054 euros por cada litro de aceite nuevo que entra en el mercado. Este canon -que grava la compra de aceite nuevo, pero no la operación del cambio de aceite usado- debe desglosarse expresamente en la factura que el taller emite al conductor, que es quien asume esta aportación, tal y como consta en la disposición adicional cuarta del Real Decreto 679/2006.

Así, un turismo aporta aproximadamente 24 céntimos en cada cambio de aceite, que se invierten íntegramente, a través de Sigaus, a cuidar el medio ambiente y evitar el daño que, en caso contrario, generaría el aceite usado. Sigaus, por su parte, como entidad sin ánimo de lucro que somete sus cuentas públicas a auditorías independientes, destina todo lo recaudado, sin obtener beneficio, al ciclo de recogida y gestión del aceite usado.

De esta forma, cuando un usuario acude a que le cambien el aceite del coche paga ya una cantidad en la factura para la gestión gratuita del residuo usado. Por su parte, el taller –que sí está obligado a separar los diferentes residuos, almacenarlos, etiquetarlos y entregarlos a un gestor autorizado- tampoco debe pagar por la retirada, puesto que los fabricantes de aceite y Sigaus garantizan la recogida gratuita para llevarlo a sus plantas de tratamiento.

Por lo tanto, siempre que el aceite recogido garantice su tratamiento estándar –contenido de agua inferior al 8%; un contenido de sedimento inferior al 2%; un punto de inflamación superior a una temperatura que puede oscilar entre los 70 y los 120 grados; un contenido de cloro inferior a 2.000-3.000 partes por millón y un contenido PCB inferior a 50 partes por millón- el gestor, el recogedor o transportista no podrá cobrar por la retirada, ya que tiene firmado un acuerdo con Sigaus y será este sistema integrado de gestión quien le pague.

Según el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, “en definitiva, no se puede cobrar al taller por la retirada del aceite, ya que, según establece la ley, son los fabricantes de aceites industriales quienes deben hacerse cargo del aceite usado, tanto en el ámbito logístico como en el financiero. En este sentido, es Sigaus quien financia la recogida selectiva y la correcta gestión de este residuo”.

Ante cualquier duda, contacta con la Asesoría Jurídica de Ganvam en el correo electrónico asesor% 92a@ganvam.es o en el teléfono 914113663.


Información de contexto: el proceso de gestión del aceite usado comienza con la recogida en los talleres y en las instalaciones industriales, donde debe ser almacenado y etiquetado conforme a la normativa medioambiental vigente. Haciendo efectivo el principio de universalidad del servicio, Sigaus asegura la recogida en todo el territorio nacional, de manera que cualquier establecimiento donde se genere el aceite usado tiene garantizada su recogida a través de la red de gestores autorizados que trabajan en el marco del sistema integrado de gestión. Una vez retirado, es enviado a centros de almacenamiento temporal o de transferencia en los que se realizan los análisis necesarios para determinar su composición, la posible contaminación con otras sustancias y su óptimo destino final. Respecto a la gestión final, actualmente existen dos opciones: la regeneración y la valorización energética. El primer proceso permite la obtención de aceites base para nuevos lubricantes. El segundo es un tratamiento que permite descontaminar el aceite usado para fabricar combustible. En ambos casos se asegura que el aceite usado no impacte sobre el medio ambiente, sino que sea aprovechado en nuevos procesos productivos, sustituyendo a otras fuentes de energía o materias primas.

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